Esa es la cuestión. Lo de las redes sociales se ha convertido en un fenómeno de masas tan globalizado, que el que más o el que menos twittea y viraliza, aunque sea contenido ajeno, intenta escribir titulares impactantes, aunque sea con interiores carentes de interés, corta y pega noticias de los demás, responde, retwittea, comenta, opina…Un trabajo arduo que bien hecho promociona de una manera brutal cualquier producto. Y de eso se encargan los verdaderos Comunity Manager, que trabajan en eso y sólo en eso, expertos en marketing online que siguen y ejecutan un plan estratégico de comunicación. Y ese trabajo, remunerado convenientemente, no tiene horario ni descanso si hay que posicionar la marca del que te paga.
Al otro lado están todos los demás: abogados, arquitectos, periodistas, cantantes, directivos, médicos, profesores, actores, presidentes, estudiantes, empresarios… que trabajan en otra áreas de la sociedad, fichando en entrada y salida para cumplir sus horitas reglamentarias en horario laboral. ¿Y por qué en ese mismo horario están emulando a los Comunity Manager, con la diferencia de que lo hacen para venderse a si mismos y no a las empresas que les pagan?
Yo, que ahora no tengo que fichar, me dedico precisamente a la comunicación y promoción, y que además estoy poniendo en práctica mis conocimientos del Master SEO y Social Media en el que estoy metida de lleno, no puedo seguirles tan atenta como lo hacen muchos, porque los proyectos requieren mi dedicación durante horas al día. Por eso Analytics o SocialBro me alertan de que no soy una persona ACTIVA. ¿Qué no? Pero si no hay día que no mire el Twitter, el Facebook, el Linkedin, el Google +, Youtube o el Pinterest…
Esto es ya una carrera a empujones, a ver quién consigue antes ser más influyente (según las herramientas, claro) quién tiene más amigos, seguidores, quién acapara más «me gustas» o retwitts, da igual de qué y sobre qué.
¿Y cuándo trabajan?
Yo no me creo que puedan hacer varias cosas a la vez (sobre todo si son hombres, sorry), y si las hacen, estoy convencida de que no, con la calidad requerida. El que curra de verdad, el que está de reunión en reunión, consiguiendo financiación, clientes, preparando dossiers, desarrollando proyectos, ideando nuevos temas, rellenando informes, atendiendo a los clientes…, ese no puede ser lo activo que las redes y la comunidad reclaman. Es imposible.
Y encima, por culpa de esta fiebre social media desvirtuada, el currante centrado en lo suyo siente que no está en el ajo, en la onda, en el mercado, en el meollo…Sólo está trabajando.
Las redes sociales, lo dice un estudio realizado por Microsoft, mejoran la productividad, siempre y cuando se utilicen para la expansión y promoción del producto o empresa para el que se trabaja, y eso pertenece al Comunity Manager. Pero la cosa se está desmadrando y extendiendo a los demás trabajadores que sí están bajando su productividad, por lo que cada vez más empresas europeas están restringiendo a sus trabajadores el acceso a las redes sociales.
Es que siempre pasa lo mismo en esto de las nuevas tecnologías. No sabemos dosificarnos.
En esta época en la que escasea tanto el trabajo, aquel que lo tenga debería mimarlo, dedicarle toda su energía, su tiempo, su conocimiento, que hay muchos parados preparados por ahí, por supuesto metidos de lleno en las redes. No es competencia. Es que no les queda otra.